martes, 30 de diciembre de 2008

Tengo la melancolía que me da la vida después de tantos años ve haberla vivido.
Y sin darme cuenta, un sólo suspiro forma parte de ella... el suspiro más hermoso, el del día en que te conocí.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Parece una ironía, pero este acto de despedida es el que en realidad nos abre las puertas, nos da la bienvenida a otra etapa de nuestras vidas. Como todos sabemos, la vida está signada por diferentes etapas que nos forman como personas y nos dan esa mano para crecer día a día; y hoy, finalizamos una de ellas, quizá, la más importante: la que nos enseñó a aprender, la que nos enseñó a compartir, a debatir, a expresarnos, a socializarnos, a formar un mundo dentro de otro mundo llamado escuela, y la que nos enseñó a enseñar, demostrando todo aquello que sabemos, aquello que somos capaces de hacer.

Como siempre se dice, la escuela es el segundo hogar de los alumnos, ya que uno pasa tantas horas ahí adentro y es para lo que nos dedicamos tantos años de nuestras vidas. Muchas cosas por vivir, por hacer y aprender nos quedan, que estas palabras quedarían chicas para expresarlo, pero hay algo de lo que estamos seguros: plantar un árbol podrá hacerlo quien tenga espíritu de naturaleza, tener un hijo aquél que sea capaz de de dar y recibir amor, pero escribir un libro, sin darnos cuenta, lo hemos comenzado a hacer cada uno de nosotros desde el día en que aprendimos a tomar un lápiz. Lo bueno de esto, es que el título de lo que queremos ser, lo ponemos nosotros, la dedicatoria es a aquellas personas que nos han enseñado grandes y pequeñas cosas, y el final, esperamos nunca llegue, ya que significaría dejar de soñar.

Por eso, agradecemos a todos nuestros profesores y profesoras, que nos apoyaron y corrigieron nuestros errores y que sabemos, formamos parte de su historia, que al igual que la nuestra, está llena de esperanzas y de sueños que sabemos llegarán si así lo deseamos. Esperamos encontrarlos en algún otro capítulo de nuestra vida, con tantos deseos de ser como el que hoy tenemos nosotros. Nunca se olviden de nosotros, porque nosotros nunca nos vamos a olvidar de las personas que nos enseñaron a vivir.

A todas las maestras, profesores y demás.

Los queremos mucho, tercer año economía, promoción 2008.


El viernes cuando Ailín leyó estas palabras en la entrega de Diplomas, juro se me caían las lágrimas, no sólo por su contenido, sino porque fue un honor para mí haberlas escrito, al igual que cada una de las cartas para los profesores.
Siento que todo es tan extraño, todavía no caigo que ya se terminó. Finalizó un ciclo y comienza uno nuevo... vamos por más :)

sábado, 29 de noviembre de 2008

Y fui a un congreso de almas, en donde cada una de ellas tenía un objetivo: todos éstos eran diferenciados pero, a la vez, algo en común tenían. La unión de las almas era como un rompecabezas al que se le atribuyen determinadas cantidades de piezas para lograr ser algo. El fin último del congreso era ése: juntar a todas las almas, que como piezas de rompecabezas, formarían diferentes seres, capaces de ser armados por cualquier ser humano, y capaces de ser destruidos por cualquier golpe de viento.

Dicotomía: Fuerza - Fragilidad.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Tici

Si los labios del cielo besaran los de la tierra, el paraíso y el infierno se fundirían sin saber.
Si los labios del cielo besaran los de la tierra, las nubes se secarían y la tierra humedecería.
Si los labios del cielo besaran los de la tierra, los ángeles se volverían terrenales y los cadáveres se elevarían por los aires.
Si los labios del cielo besaran los de la tierra, el sol taparía los posos y las montañas se escaparían por el agujero de ozono.
Si los labios del cielo besaran los de la tierra, el suelo se llenaría de plegarias y el firmamento libre quedaría.
Si los labios del cielo besaran los de la tierra, los dioses caerían y los impuros reinarían.
Si los labios del cielo besaran los de la tierra, los cosmos se desordenarían y las leyes humanas acabarían.
Si los labios del cielo besaran los de la tierra, el infinito tendría fin y el centro de la tierra dejaría de serlo.
Y después de tanto, me puse a pensar:
Si los labios del cielo besaran los de la tierra, ¡qué apretados viviríamos!


- Ann.